UN DÍA EN WALDORF-NAVARRA

La Escuela Waldorf Navarra me brindó la oportunidad de conocerla en vivo. El día 18 de marzo de 2015 visité la Escuela, un proyecto que se inició en 2010.

Al llegar,  me llamaron la atención los materiales: nada de tecnologías, sino objetos  que se pueden encontrar en un bosque, en un camino, en la playa, en casa: trozos de ramas, un tronco, cuerdas, muñecos confeccionados por las educadoras o por las propias familias, telas… No son materiales sofisticados, sino elementos sugerentes, adecuados para expresar la creatividad infantil.
Los niños llegaron a las 9:00. Se pusieron las zapatillas de casa y comenzaron a jugar. Era el tiempo de juego libre en el aula, una actividad central del día. Los niños eligen con qué jugar y el adulto observa, a la vez que realiza alguna actividad como la preparación de materiales. Al terminar, todos los niños tomaron parte en la recogida de los materiales.
Hacia las 10:30 hicieron un corro. Los niños cantaron canciones que les había enseñado la educadora y se movían por toda la clase, por ejemplo simulando a los animales. Nada de reproductores de música, eran la educadora y los niños quienes cantaban.


La actividad artística del día consistió en modelar cera. Consistía en modelar una bola pequeña de cera con la forma de algún animal. Después volvían a hacer la bola para tenerla preparada para otro día. La actividad artística es diferente cada día de la semana: el lunes hacen pan para almorzar el resto de la semana; el martes trabajan la cera caliente; el miércoles, cera de modelar; el jueves, acuarelas; y el viernes, actividad libre, a veces en relación con la fiesta correspondiente. Es gratificante observar cómo los niños se animan mutuamente y se ayudan entre sí, ya que son de diferentes edades.
Hacia las 11:00 se lavaron las manos y se dispusieron a almorzar. Un almuerzo sano: cereal, que cambian según el día de la semana; tostadas con el pan que habían hecho el lunes junto con aceite, miel o crema de cacahuete; y además, la fruta que cada uno lleva y comparte con los demás. Al final, todos colaboraron en recoger la mesa.

Hacia las 11:30, la educadora les contó un cuento sobre las liebres de Pascua en forma de teatrillo. El cuento lo trabajan durante 3 semanas, en este caso mediante un teatrillo con materiales preparados por la educadora. Los alumnos escuchaban con gran atención. La historia que trabajan tiene relación con la fiesta y estación de que se trate,  en este caso la proximidad de la primavera y la Pascua. Un sábado de marzo harán una fiesta donde tomarán parte todas las familias con sus hijos.

A continuación, juego al aire libre, otra de las actividades centrales del día. Los niños jugaban correteando, jugando con el barro, podían cavar o ir a la zona de hablar o jugar, zona preparada con troncos de madera. También disponían de ruedas con las que divertirse o incluso podían trepar a los árboles del patio. La educadora y yo observábamos, a la vez que preparamos una zona para plantar semillas de donde nacieran flores. Los niños se acercaban y preguntaban qué hacíamos. No hay que olvidar que el adulto es un modelo de imitación para los niños.
A las 13:00 horas vinieron los padres y madres a recoger a sus hijos.


En definitiva, una forma diferente de enfocar la educación en un ambiente tranquilo donde se respeta el ritmo de cada uno. Muchas gracias por darme la oportunidad de conocer esta pedagogía en vivo y directo.